El Camino de Santiago: fe y tradición
Revista Sala de Espera -
MIÉRCOLES, 04 DE JULIO DE 2012 08:07
Por Neyda De Arcos A.
Por Neyda De Arcos A.
Camina, / Naciste para el camino.
Camina, / Tienes una cita
¿Dónde? ¿Con quién? / ¿Quizás contigo mismo?”
Poema del
Peregrino. Anónimo
El viaje para visitar
lugares sagrados es común en todas las religiones. Tal y como ocurre en la gran
mayoría, existen puntos que coinciden entre creencias que están separadas por
miles de kilómetros y donde el impulso general de las peregrinaciones forma
parte del sentimiento religioso. El peregrino tiene fe en ese lugar, cree que
allí existe una presencia especial de la divinidad, ya sea directamente o a
través de un profeta o un santo. Estudiosos han afirmado que el ser humano es
sensible a los lugares sagrados, pero más allá de esto, lo que más ha
movilizado -y movilizará- al peregrino es la fe.
En toda orientación
religiosa, existe ese fervor por visitar aquellos recintos sagrados donde
hicieron vida y padecieron los grandes representantes de la divinidad en la
tierra. En el caso cristiano, una de las principales peregrinaciones es la del
Camino de Santiago, cuyos inicios se mezclan entre la leyenda, el mito, la
tradición y el misterio.
Campo de estrellas
Cuenta la leyenda que
Iacobus (Jacobo o Santiago el Mayor), luego de una larga evangelización que lo
llevó a recorrer gran parte del territorio que hoy conocemos como España, fue
preso y torturado por Herodes Agripa, quien le prohibió la debida sepultura.
Sus discípulos llevaron el cuerpo hasta las costas gallegas en una barca de
piedra que apareció misteriosamente cuando necesitaban trasladarlo a un lugar
que no fuera profanado. Hallaron el espacio apropiado cerca del bosque y allí
quedó la tumba de Santiago.
Ocho siglos después de la muerte del apóstol, un ermitaño llamado Pelayo
caminaba entre los árboles y vio que sobre un montículo brillaban pequeñas
luces que parecían flotar en el aire al tiempo que le pareció escuchar voces
celestiales. Se lo comunicó al obispo de Iria Flavia (nombre de la provincia
romana en tierras gallegas) quien luego de dirigirse al sitio descubrió la
tumba sagrada entre lo que fue un cementerio romano. Una vez conocida la
noticia de que se había encontrado la tumba de Santiago, se dio la primera
peregrinación del Rey Alfonso II el Casto con toda su corte. Este primer
peregrino mandó a construir una pequeña iglesia en el lugar que llamaron Campus
Stellae(Campo de estrellas), lo que devino luego en Compostela, donde se
encuentra hoy en día la gran catedral, donde se dice, descansan los restos
sagrados del Apóstol.
Así, el camino de Santiago se transformó en el camino que recorren los
peregrinos procedentes de todas partes del mundo para llegar a Compostela,
donde se venera la conocida tumba. Con el hallazgo de tales reliquias,
Compostela se convirtió en un centro de peregrinaje importante donde acude
gente de toda clase y de todas partes en busca de un “más allá” de lo
cotidiano. En un principio, la peregrinación no sólo llevaba a los restos del
apóstol, sino que llevaba al lugar en el que se creía estaba la entrada al más
allá, al fin del mundo, a Finisterre, (el fin de la tierra o Fisterra, su nombre
actual), puesto que todo el que llegaba hasta allí, experimentaba un cambio
trascendental en su vida.
Rutas principales
Finisterre o Camino Primitivo
Esta ruta comienza en Oviedo. Atraviesa Lugo y cruza parte de Asturias y
La Coruña, para llegar a Compostela y finalmente a Fisterra. Al principio tuvo
gran importancia, pero la perdió cuando se reconquistaron las tierras del
Camino francés. Es una travesía dura pero de gran belleza. La topografía es
boscosa y húmeda, rodeada de árboles y lugareños dispuestos a ayudar al
peregrino y darle lo principal: cobijo, comida y empuje, si lo necesita.
Antiguamente, los celtas transitaban este camino, hacían ritos al sol en el
acantilado de Finisterre donde quemaban sus ropas como símbolo de muerte y renacimiento. Algunos
peregrinos mantienen esta tradición.
Camino del norte o de la costa
Nace en Irún (Guipúzcoa) y se extiende a lo largo de la Costa
Cantábrica, recorriendo el País Vasco, Cantabria y Asturias, para cruzar
Galicia a través de Lugo y La Coruña. Debido a su dureza, no ha alcanzado la
importancia de otras rutas, aunque sigue siendo muy transitado actualmente. Dicen que es una de las rutas más bellas y emocionantes de todo el
Camino de Santiago, precisamente porque en su mayor parte discurre entre
la montaña y el mar. Entre el horizonte marino y las hermosas tonalidades
verdes de las montañas, es un paisaje que seguramente ningún peregrino
olvidará.
Camino Francés
Es el más conocido, comienza en
Roncesvalles (Navarra), atraviesa Pamplona, Burgos, León, Ponferrada y Sarria,
hasta llegar a Compostela. Es uno de los más largos, comprende un trayecto de
760 kilómetros. Cada vez son más los aventureros que se disponen a iniciar la
peregrinación 25 kilómetros antes, en St. Jean Pied de Port. De variante
geografía, más dura al principio con largas y extensas llanuras a su mitad y
con uno de los puntos más emocionantes del viaje: la llegada al Monte de Gozo,
desde donde se aprecia toda la belleza y magnificencia de la ciudad
compostelana.
Camino de la Plata
Une a Sevilla con Compostela a través de una serie de calzadas romanas
que atravesaban el país del sureste al noreste. Recibe este nombre como
derivación de la palabra árabe balaty, que significa “camino empedrado”. Cruza Badajoz y Cáceres para pasar a
Castilla y León por Salamanca, luego se introduce en Galicia a través de
Ourense, Pontevedra y La Coruña. Actualmente es de poca afluencia, pero
antiguamente era muy transitado.
Camino portugués
Parte de Lisboa, pasa por Coimbra y
Oporto, hasta llegar a Pontevedra y finalmente a Compostela. Está lleno de
capillas, conventos y hospitales. Se dice que este camino sigue la ruta de la
Barca de piedra que ayudó a los discípulos de Santiago a llegar a la ciudad de
Compostela donde se le dio sepultura al apóstol. Dicen que es una de las rutas
más duras al tiempo que hermosas, tanto por sus paisajes como por su exigencia
física.
Existen otras rutas
que conectan con el Camino Francés, pero lo importante es que todas llevan al
mismo sitio: Compostela, ciudad donde descansa el apóstol. Si bien el más
conocido es el francés, el Gobierno español está buscando rescatar el resto de
las rutas para reforzar el turismo y para dar a conocer aún más el Camino de
Santiago.
A manera de
recomendación
Hay una serie de tips
básicos que cualquier persona que tenga en mente realizar el camino, debe tener
en cuenta.
Tener buena condición
física. Se debe entrenar previamente, haciendo caminatas de por lo menos 5kms
al día.
Decidir si se
realizará a pie, a caballo o en bicicleta. Esto es importante para organizar un
itinerario.
Se llevará
estrictamente lo necesario: lo mejor es un bolso donde quepa lo imprescindible
como bolsa de dormir, mudas de ropa, kit de primeros auxilios, entre otros.
Decidir la ruta más
acorde con los gustos del peregrino, así como la elección de la estación más
idónea. Primavera y verano son las más recomendables, tanto por su afluencia
como por el estado del clima.
La elección del
bastón: de suma importancia para evitar caídas y para tener un punto de apoyo
extra.
Tener tanto la
credencial como la vieira a mano, símbolos que te identifican como peregrino
para que obtengas descuentos en los hostales y demás comercios que puedas
encontrar en el camino.
Para ti, futuro
peregrino
La recomendación más
importante es saber por qué se quiere ir. Si bien es una ruta que también es
utilizada como práctica deportiva, no es recomendable hacerlo si no se tienen
claros los motivos. Es una ruta dura, de incomodidades, de tiempo con uno mismo
y con los demás, donde el móvil no debería ser la competencia con otros
peregrinos o el simple cumplimiento de las etapas. No eres tu quien va a
meterse en el camino, es el camino que va a entrar en ti.
Hay muchos motivos
para recorrer el camino: desde personales y religiosos, hasta deseos de
conectarse con la naturaleza y el deporte. Pero si lo tomas como algo
espiritual, el elemento más importante es la fe. Este es el ingrediente
principal a la hora de emprender cualquier ruta iniciática que conlleve a una
transformación, independientemente de tus creencias.
Las declaraciones de aquellos que ya han recorrido los pasos del apóstol
nos hacen coincidir en un mismo pensamiento: el peregrino debe abrir el
corazón, tener el valor de enfrentarse a sí mismo y ver con ojos de El
Principito el mundo que lo rodea, que luego del
camino, ya no será el mismo.
Así que, para todos aquellos peregrinos (el que fue y regresó, el que
aún no ha ido pero que ansía ir, y el que fue y regresará) te deseo un buen
camino siempre; que el acantilado de Finisterre sea testigo de un renacimiento al quemar tus ropas bajo la luz del
crespúsculo y que siempre tengas la fuerza de decir “¡Ultreya!” (más allá,
sigue adelante) cuando caiga la noche oscura.
Para ti, peregrino,
buen camino.
Curiosidades
Santiago fue apodado
por Jesús como “el hijo del trueno” por su temple y gran carácter.
El saludo antiguo entre los peregrinos era Ultreya, (“vamos más allá” o
“sigue adelante”), los otros peregrinos respondían con Et
suseia (“y vamos más arriba”). Parece ser que
antiguamente los peregrinos se saludaban diciendo “Ultreia, suseia, Santiago” (“Ánimo, que más allá,
más arriba, está Santiago”). Actualmente se utiliza ¡Buen camino!
La vieira o venera es símbolo del peregrino porque le salvó la vida a un caballero que se
adentró en el mar, intentando ayudar a la tripulación de una barca destinada al
naufragio. Éste comenzó a hundirse hasta que, gracias a las vieiras adheridas a
su armadura, flotó nuevamente a la superficie y logró salvar su vida.
El camino de Santiago
fue declarado Patrimonio mundial de la Humanidad en 1993.
Un crucero o
cruceiro, común a lo largo del camino, es una cruz de piedra construida sobre
un pilar, situado en un lugar público, principalmente en encrucijadas o cruces
de caminos, como símbolo de protección. Tenemos uno en Caracas, en el Parque de
La Paz.
Peregrinación por la
paz
También en Caracas
tenemos una versión del Camino de Santiago. Magdalena Calvo e Isolda de
Salvatierra tuvieron la idea de rescatar la fe por Santiago de Compostela en
abril del 2006 luego de experimentar el camino y disfrutar de la ciudad
compostelana durante dos meses. Fue la devoción del peregrino el primer impulso
para fomentar la ruta en Caracas, así como la necesidad de paz tanto en el país
como en el mundo. De allí que se llamó Peregrinación por la paz. Se realiza
todos los sábados siguientes a la fiesta del apóstol, que se celebra el 25 de
julio cada año. Este año se realizará el 28 de julio.
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