miércoles, 11 de julio de 2012

Testimonio de Fraternidad

Distinguido amigo:

         A ti,  que te entusiasma la aventura, te comento el testimonio de una  venezolana quien hizo el camino en España. Como es tradición el Camino de Santiago se realiza por diversas rutas y de acuerdo  a la decisión de cada participante de hacer el recorrido por alguno de los trayectos en el Sur de Francia, por las Vías de Arles, de Le Puy, Vézelay, Tours, Piamonte o también los caminos de España,  Aragonés, Navarro y un único camino a Compostela que consta de treinta etapas que se inicia en Puente de la Reina hasta el camino Pedrouzo en Santiago de Compostela. Lo puedes realizar a pie, en bicicleta, en burro o a caballo. ¡Qué espectacular y original!

            Ahora bien, al hablar de amor, abro un espacio motivador para presentarle a mi hija Adnaloy quien es médico y quiso hacer el Camino de Santiago. Su inquietud la llevó a buscar información, estudiar el recorrido, asesorarse sobre todo lo necesario para subsistir
en el camino; decide hacer uno de los trayectos del camino francés, se va con una amiga Piedad una enfermera que se dedica a trabajar a domicilio con pacientes terminales  y con grandes deseos de lograrlo.

         Parten desde Madrid, toman el tren, su primer recorrido de ocho horas para dar inicio a su peregrinación desde Sarria, allí comienzan su peregrinaje; etapa de cinco días, itinerario que deben preparar: con mapa en mano, contactar pensiones, hostal, tomar algunas previsiones, mochila, ropa ligera, un pequeño botiquín médico, sin descuidar vaselina para los pies, detalle que les sugieren para su caminata. Todo esto, sin olvidar pasar por la Parroquia de Santiago y San Juan Bautista al salir del Metro Opera y  retirar sus credenciales y poner salida y llegada a su mundi camino de 110 Km. una ruta corta…

            De allí que, vamos a acompañar imaginariamente a esta peregrina y su compañera, quienes ya se adentran en la ruta  hasta Porto Marín. Comienzan en fraternidad con su vara en mano, bien dispuestas se van aproximando a través de la vega sarriana; cruzan varias aldeas, disfrutan el prado, áreas de cultivo, tramos empedrados, van felices, deben hacer una parada para comer y reponer fuerzas y allí su primer obstáculo, mientras comen y charlan tranquilamente alguien toma prestado el bastón de marcha de Adnaloy y ¿qué voy a hacer ahora? -se pregunta. Contrariada le comenta al dueño del local lo sucedido y  le regala una vara de madera bastante más pesada que la que perdió, pero como hay que seguir debe afrontar con valor este primer inconveniente y continuar hasta Porto Marín adonde llegan tras enfrentar las inclemencias del sol; después de  ocho  horas de caminata, deciden descansar en la posada: “Teodora” y salir a comer unas deliciosas raciones de pulpo a la gallega muy bien acompañadas de una refrescante clarita. Me cuenta que el recorrido invita a la reflexión, el ambiente se torna propicio para revisar su mundo interior,  mantener la motivación y su  próximos retos la segunda, tercera, y cuarta  etapa en cada amanecer. Deben descansar, tomar sus alimentos y prepararse porque les esperan nuevos días de expectativa.
  
Buscan hospedaje en otro hostal de cada lugar lleno de eucaliptos y pinares; bosque de toda esa provincia coruñesa, con un agotador rompe piernas, entre villas se prolonga una montaña de río a río. Así transcurren sus cinco días con descanso, caminatas y revisión de su vida personal.
  
Por esta razón de llegar, esa constancia y ganas, alcanzan su meta: “Santiago”, una hermosa ciudad donde se vive con fervor el ritual del peregrino: abrazar el Santo, conocer su tumba, participar de la confesión y eucaristía. Feliz por llegar a su término, que le colmaba de paz, encuentra de nuevo a su compañera porque van a su ritmo, felices  se abrazan, emprenden su regreso con seguridad. Mi hija renovada, llena de luz, que encontró en el camino, la lleva a su mundo familiar, profesional, social. Los va invitando a todos a unirse a ese evento espiritual especialmente a mí, a quien me lleva a participar de su vivencia y fuimos en carro en familia y siento la necesidad de compartirlo con la humanidad. Confirmación de fraternidad,  amor a tu familia, al prójimo como nos enseñó  Cristo Jesús.

Como resultado de ese esfuerzo, en mi visión como madre quiero dejarte, hija mía un reconocimiento por tu decisión, talento, vocación, cercanía, amor a la humanidad y públicamente dejo un  registro de valores: amorosa, valiente, emprendedora y ubicada en el aquí y ahora. Con tu gesto de hacer extensiva tu vivencia a otros, encuentro que una de mis semillas espirituales dio fruto en ti.  Te amo ¡Estoy muy orgullosa de tu misión cotidiana al servicio de los demás!  Y las dos tenemos ese nexo de unión el amor. Espero que tú  amigo inquieto con quien comparto mi sentir  te sumes a vivir una experiencia singular. 

            Por consiguiente, un gran motivo personal mueve a muchas personas a esa caminata y tú lo puedes conocer aquí en Venezuela en la ciudad que lleva su mismo nombre Santiago de León de Caracas.  Un mini camino catorce kilómetros en la  Parroquia María Madre del Redentor, Urb. Los Naranjos, ven a participar de la VII Peregrinación por la Paz. También  es la ruta de la amistad que te conduce al amor a Dios.  

             Me despido de ti con la esperanza de encontrarte en la fraternidad.


Afectuosamente,
Yolanda León
Cofrade en Caracas

Caracas, 14 de febrero de 2012

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